Must I evolve?

Jarvis Cocker colocaba su bolsa de equipaje en el avión. Minutos después miraba con sorpresa su nombre y la imagen del Leadmill en la portada de "Calles que fueron nuestras", y firmaba en la primera página con una dedicatoria. Alguien me envió esas fotos hace un año. Volvía Jarvis de Barcelona, donde había actuado en el Primavera Sound, y esa noche, la primera de junio, había grabado en directo "Children of the Echo", la canción que cierra su último disco, JARV IS. No pude estar en Barcelona, pero mucho más había lamentado no estar en Reykjavík dos años antes, cuando todo empezó, en el Harpa, invitado Jarvis por Sígur Ros para despedir el año 2017. Mi amigo Joaquín Linares, residente en Islandia y sabedor de que andaba yo por entonces tramando un libro sobre Pulp, me había avisado, pero las fechas no cuadraron.

JARV IS es un proyecto más, que sucede a las muchas versiones de esa banda evolutiva que fue Pulp, y a Relaxed Muscle, y a su etapa en solitario, y a la sorprendente colaboración con Chilly Gonzales. Jarvis Cocker necesita moverse, estar en permanente búsqueda, pero siempre es reconocible. En cada proyecto está el germen del siguiente, en cada nuevo paso están incorporados los anteriores. Como sucedía con Bowie, a quien tanto admira. Hay mucho Bowie en Jarvis, también en JARV IS, esa idea que nació en el frío invierno islandés y que rezuma Sheffield por los cuatro costados. Dos de las canciones, "Must I Evolve?" y "Sometimes I Am A Pharaoh" están grabadas en la caverna del Peak District, a un cuarto hora del centro de la ciudad. En ese mismo lugar, también conocido como Devil's Arse, en la villa de Castleton, su amigo Richard Hawley ha registrado dos discos en directo. A Jarvis la caverna le da pie a algo más que música: es el entorno perfecto para reflexionar sobre la vida, sobre el ser humano, sobre él mismo. Jarvis ya no es el muchacho larguirucho que llevó a Pulp a los cielos. Jarvis tiene mi edad, año más, año menos.

"¿Debo evolucionar?", es la pregunta. Jarvis retrocede en la noche de los tiempos, al estallido primigenio, a las células de las que surgimos, y en un giro magistral lo conecta con el trance tribal de las "raves" de los ochenta. La pregunta encierra todos los niveles, el personal, el colectivo, y también el musical. ¿Es este JARV IS una mutación, un paso adelante evolutivo de Jarvis? Si pensamos que nunca se estancó desde aquel lejano primer disco de Pulp, no lo va a hacer ahora. Pero ¿dónde está esa diferencia? Las huellas de "This is Hardcore" están aquí, y eso significa remontarse a un disco del siglo pasado. La presencia de Jason Buckle, con quien montó aquella gozada de electro-pop que fue Relaxed Muscle, habla también de una línea de perceptible continuidad. Los textos de Jarvis, más allá de la reflexión que actúa como catalizadora, no abandonan lugares ya explorados, como la claustrofóbica situación de "House Music All Night Long", un sentimiento recurrente desde el subtítulo del disco "Freaks": ten stories about power, claustrophobia, suffocation and holding hands. O el costumbrismo salpicado de urgencia sexual que alimenta toda su obra y que aparece nítidamente en "Swanky Modes". Y sin embargo hay algo que asoma, una forma diferente, otro enfoque.

Sutilmente se puede descubrir su evolución en esa suplantación del último Cohen que es "Save the Whale", y resulta más definida en la mimetización con Bowie en "Sometimes I Am Pharaoh". Jarvis utiliza mimbres ajenos para hacer su propia cesta, y aprovecha su característico recitado / cantado para moverse a un espacio en el que sin dejar de ser suyo hay otra luz: es en esa canción que por primera vez formula en público en Barcelona, "Children of The Echo" donde se manifiesta el paso hacia otra dimensión que, si sigue proyectándose hacia el futuro, nos mostrará el nuevo estadio evolutivo de Jarvis. De momento esto es solo una gloriosa transición, un formidable suceso de un artista en su plena madurez. "Siempre pensé que hay mucho por aprender / Pero el eco se desvanece y disminuye su retorno". Son los últimos versos de un disco que se desplaza más allá de las barreras, más allá de la pálida comodidad. "Beyond The Pale".


JARV IS


En la primavera del año siguiente te presentaste  en el Ramsgate Music Hall, entre semana y ante un centenar de personas, cantando cuatro canciones conocidas y siete nuevas que recordaban a las de principios de los noventa con Pulp (¿hay disco a la vista, Jarvis?). Lo habías avisado solo dos semanas antes y sin grandes anuncios, solo unas frases misteriosas: "JARV es trabajo en progreso, JARV es un experimento, JARV es una experiencia en vivo sin barreras".
(Del Capítulo 17. ¿Nos recordarán estas calles?)


En El País (cita de Fernando Navarro)

En su artículo de 18/06/2020 sobre Pulp, Fernando Navarro elogia "Calles que fueron nuestras", del que entresaca una cita literal. 
Tal y como se cuenta en el gran libro de Juan J. Vicedo, Calles que fueron nuestras (Silex), Sheffield pasó de ser en tan solo dos décadas una ciudad destinada a la vanguardia a un refugio marginal. Edificios tapiados y demolidos, fábricas cerradas, barrios enteros desaparecidos… y jóvenes como Cocker recordando aquellos carteles de las calles bajo el lema: “Sheffield, la ciudad del futuro”. “Carteles en los que se veía a gente pintada con trajes espaciales. Les hicieron ver que viajarían a Marte en los años ochenta, pero la realidad, como canta en Glory Days, es que los ochenta han llegado y lo único que ofrecen es limpiar letrinas”, escribe Vicedo. 
Quédate con Pulp. 

La banda de Sheffield representó la propuesta más refinada y alejada del circo mediático del 'brit-pop'. 

FERNANDO NAVARRO. 18 JUN 2020

Vivencia de Sheffield

Sensaciones, emociones, propias y ajenas, vividas o robadas. Preguntaba por estas cosas Ramiro Domínguez, editor del libro, en la presentación de Madrid.

Madrid, 24 mayo, 2019

Si no puedes ver el video pincha el enlace https://youtu.be/ReqkxjYHWiY

En La Zancadilla

Marcos Gendre, después de una contundente introducción, en la que literalmente da gracias a Dios por la existencia de este libro, le dedica entre otros los siguientes elogios:

"Juan J. Vicedo hace uso de sus mejores habilidades de entomólogo musical y nos abre de par en par las ventanas de la percepción ante un mosaico lírico (...)"

"El resultado es tan íntimo como cuando dialoga con los personajes. Quizá este último detalle nos ofrece una dimensión real de la alta graduación personal con la que ha sido destilada tan hermosa escritura"


Reseña completa en:
http://lazancadilla.com/calles-que-fueron-nuestras-de-juan-j-vicedo/?fbclid=IwAR0S-GrK_b34P1iVDdFlywvc-nk433FX2eYYyjvqobGtagnaP2r5RG4epcY

En Retromanía, Radio 3

Recomendado como un libro "excelente" en el programa musical dirigido por Abraham Rivera en Radio 3, Retromanía.


Juanjo Frontera en la presentación de Valencia

...cuando se despertaron aquella mañana no tenían ningún modo de saber que en pocas horas sus vidas cambiarían. Cocker juega de nuevo con el tiempo en esta canción, que se abre con el verso “Escribí esta canción dos horas antes de que nos encontráramos”, para más adelante preguntarse “¿Por qué escribí esta canción en ese día concreto?”.
(Del Capítulo 7. Conciencia de clase)

Juanjo Frontera, interpretando "Something Changed", en el George Best Club:

Valencia, 23 noviembre, 2019
Si no puedes ver el video pincha el enlace https://www.youtube.com/watch?v=Q4XBTkPQUXM

Carlos Pérez de Ziriza cuenta por qué es interesante este libro

"No tiene sentido hoy limitarse a contar la historia de unos músicos aportando información a la que ya tenemos acceso todos: se requiere que el enfoque sea distinto, hay que darle un punto de heterodoxia, un punto más personal, que es lo que ha hecho el autor de este libro"
(De la Introducción al coloquio en el George Best Club) 

Valencia, 23 noviembre, 2019

Si no puedes ver el video pincha el enlace https://www.youtube.com/watch?v=xIK7qh9qJjw