Babies

11 junio, 2018, última tarde en Sheffield. Nos acercamos al Intake, el barrio donde creció Jarvis Cocker. La historia que se narra en "Babies" sucede en Stanhope Road, una pequeña calle próxima al patio de recreo de la Intake Primary School, donde Cocker había estudiado, “hace años”, como dice la canción.



Cocker mezcla el deseo hacia esa chica del instituto - ¿quién no ha soñado con una compañera de clase? - , una escena entrevista con un chico a través de los cristales del aula, y el día en que se escondió con su almohada en el armario de un hotel y se durmió mientras su madre lo buscaba por todas partes. De todo eso nace una historia fabulosa, escrita con una fascinante mezcla de relato fáctico y mirada llena de comicidad, en la que a partes iguales atrae al oyente jugando con lo divertido de la situación y con el componente de excitación sexual.
(Del Capítulo 5. Retratos (sexuales) de una ciudad)

Intake Primary School. Al fondo, Stanhope Road.

Tras la pista de Richard Hawley

Lady's Bridge, Lowedges, Skye Edge, Hollow Meadows. Nombres que nos llevan a la música. Lugares que nos llaman sin que podamos escapar a su llamada.

Sheffield es tu gasolina y tu refugio, el aire que respiras y el cielo que te ensancha la mente, no importa que ese cielo no tenga color la mayor parte de los días, porque tú eres capaz de verlo. Y cuando titulas tus discos con sus lugares no quieres hacer un mapa de Sheffield sino nombrar cosas que tienen un significado para ti, son los sitios de los que capturas la vida y que precisamente por eso convierten en universales las historias que tus canciones cuentan.
(Del Capítulo 16. ¿Nos recordarán estas calles?) 


 

The Wicker

10 de junio, domingo por la mañana. Estamos en The Wicker, calles que conectan con los años en que Jarvis Cocker buscaba darle forma a su proyecto.


Tenías veinte años cuando te instalaste en el viejo almacén sin uso en Sheldon Row. ¿Te has mirado al espejo últimamente, Jarvis? Seguro que sí. Tu mirada no es ya la de entonces. Pero esos dos años en The Wicker fueron algo más que un decorado pasajero, se han quedado en tus canciones. Sin ellos no serías quien eres, sin el sabor de la derrota en tus labios no habrías triunfado, y sin el recuerdo de ventanas canceladas y tejas rotas, del musgo en las aguas del río y el cielo sin color en el color de los charcos, sin todo eso en la memoria habrías sucumbido a la fama y al éxito.
(Del Capítulo 11. Pulp, los últimos de un linaje.)






Coles Corner

Nuestro apartamento en Campo Lane estaba muy cerca de allí y Coles Corner era un lugar de paso diario para nosotros. Es difícil expresar las emociones que te asaltan cuando relacionas esa esquina con la música sublime de Richard Hawley.

Si pasas por allí es muy posible que no te fijes en él, te llamarán más la atención los tranvías de color azul y amarillo, o la catedral gótica que se ve un poco más arriba en Church Street. Como mucho dudarás si entrar a tomar un café en el Starbucks que hay en los bajos del edificio, pero no repararás en su altura ni en esa esquina redondeada en curva, sin aristas. Y sin embargo, ten cuidado, porque si estás esperando a alguien allí, puede que des una impresión equivocada. Porque eso es Coles Corner.
(Del Capítulo 12. En casa.)



The Leadmill

Es cierto que Julio Verne situó la entrada al centro de la Tierra en Snaefellsjökull sin haber visitado nunca Islandia. ¡Por algo era Julio Verne! Pero yo no quería empezar a escribir este libro sin haber estado en Sheffield. Mi puerta de entrada no fue un volcán sino una antigua cochera en Leadmill Road.