The Wicker

10 de junio, domingo por la mañana. Estamos en The Wicker, calles que conectan con los años en que Jarvis Cocker buscaba darle forma a su proyecto.


Tenías veinte años cuando te instalaste en el viejo almacén sin uso en Sheldon Row. ¿Te has mirado al espejo últimamente, Jarvis? Seguro que sí. Tu mirada no es ya la de entonces. Pero esos dos años en The Wicker fueron algo más que un decorado pasajero, se han quedado en tus canciones. Sin ellos no serías quien eres, sin el sabor de la derrota en tus labios no habrías triunfado, y sin el recuerdo de ventanas canceladas y tejas rotas, del musgo en las aguas del río y el cielo sin color en el color de los charcos, sin todo eso en la memoria habrías sucumbido a la fama y al éxito.
(Del Capítulo 11. Pulp, los últimos de un linaje.)






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