Esa gozosa rutina

2018. Desde San Juan a San Miguel, las tardes del verano pueden convertirse en una gozosa rutina. A las cinco de la tarde un disco, una taza de té, dos, tres. A las seis el primer mosquito tigre no consigue detener el fluir de la escritura. Una página, dos, tres. Es el primer libro que escribo directamente desde el teclado. Voy dejándome arrastrar por las palabras sin mirar atrás. El verano llega a su fin y con él las correcciones; esas al menos siguen siendo a bolígrafo. Los días menguan y el libro cobra su forma definitiva. 


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